Mi nombre es Shenifer y soy guatemalteca.
Soy una mujer joven de 32 años. En mi país, estudié hasta el Bachillerato. Logré terminarlo. Mi sueño siempre fue estudiar medicina forense o enfermería. Tengo unos padres maravillosos que siempre me prestaron su apoyo a la hora de luchar por mis sueños.
En mi país no ha sido fácil encontrar trabajo. Empecé trabajando como administrativa durante una temporada, pero, como la situación en mi país era delicada, permanecí dos años sin trabajo, aunque en ese tiempo me sentí apoyada y acompañada por mi hermana mayor y por mis padres.
Después de esos dos años de espera por un trabajo, decidí empezar a estudiar Enfermería, lo cual no pude completar, ya que cuando lo estaba cursando me surgió un empleo que me hizo abandonar los estudios. También me surgió el amor por una pareja, que hizo que me mudase a vivir con ella, hasta que el amor fracasó. Un pequeño golpe de la vida.
Esto hizo que regresase a casa de mis padres y mi hermana mayor de nuevo, donde ellos/as me brindaron su apoyo nuevamente. Mi madre me dijo “tienes mucho futuro por delante”. Unas palabras que en aquel momento eran todo un consuelo para mí. Ella, me preguntó y ofreció la posibilidad de ir a buscar un futuro prometedor a España. Mi madre tuvo que vender un terreno para poder pagar mi billete de avión a España. Ella tenía recomendaciones en Vigo, ya que una amiga del padre de mi madre vivía aquí. Me recibió en el año 2019 en su hogar. Me sentía feliz porque por fin podría buscar un futuro prometedor en otro país, pero a la vez triste por tener que dejar a mi familia atrás. Fue un cúmulo de sentimientos encontrados.
Recién llegada a Vigo, salí en búsqueda de empleo. Tardé 15 días en encontrar mi primer empleo en España. Así, empecé a trabajar en una casa con una familia que me recibió muy amablemente. Me enseñaron a cocinar comida española y comida típica gallega. Pero, era un trabajo demasiado cansado, demasiadas horas. Duré seis meses en ese trabajo. Después, encontré otro empleo y estuve “batallando”, ya que no era una situación muy buena. Más tarde, pasé a trabajar como interna, ya que pensaba que eso me podría beneficiar a la hora de encontrar un contrato de trabajo y poder regularizarme. En ese empleo estoy ahora.
En este momento, estoy homologando mis estudios, ya que quiero luchar por ejercer la profesión de mis sueños: trabajar en el ámbito sociosanitario y mejorar mi situación laboral. Continúo así luchando por mis sueños, siguiendo los consejos de mis padres, que me dicen que “nunca se es mayor para lograr nuestros sueños”. Ahora, tengo un pensamiento más optimista que en mis primeros meses en España. Pienso que es un país maravilloso que me recibió y me está dando una mejor vida para mi y mi familia. Pienso que sólo me queda seguir adelante para poder en un futuro decir que lo logré y motivar a los demás para que no dejen de soñar, ya que, con orientación y paciencia, se pueden lograr muchas cosas. En estos años en España y, en concreto en Vigo, he encontrado buenas personas que me apoyan, me motivan y hacen mejor mi día a día.