Nací y crecí en Marruecos. Me casé y de nuestro matrimonio nacieron 4 preciosos hijos. Nuestro único hijo varón enfermó el séptimo día tras su nacimiento y nunca supimos qué le pasaba. Aquellas fiebres y espasmos condujeron a una discapacidad intelectual severa, pero sin un diagnóstico claro.

Tras varios años de asistencia a una escuela de educación especial, observamos un empeoramiento acusado de su comportamiento. Entonces no lo sabíamos, pero descubrimos que estaba siendo gravemente humillado, vejado y maltratado por sus cuidadores/as. Tras consultar con una asociación de padres en una situación similar a la nuestra (de reciente creación) y siendo consciente de que las dificultades empezaban a afectar a la convivencia en casa, en 2019 decidí venir a España, junto a mi hijo y 2 de sus hermanas, en busca de respuestas y de bienestar (para él, para todos/as).

Mi idea siempre fue la de regresar a mi país, pero en el trayecto hacia Elche me robaron el bolso con toda nuestra documentación… Así pues, seguimos aquí, en situación irregular.

Una pandemia mundial, me separó de mi marido y de mi hija mayor, a los que no he podido volver a abrazar. Mientras, aquí con el resto, yo no he dejado de luchar.

Durante este tiempo he encontrado mucha gente buena en mi camino. Elche Acoge y su psicóloga, me acogieron y guiaron, a pesar de no saber una palabra en castellano. Lucharon por mí tratando de gestionar un arraigo humanitario, sin desfallecer ni dejarme caer, a pesar de lo difícil de nuestra situación y de lo inhumano del testimonio narrado.

Ahora ya puedo expresarme un poco mejor en castellano. Mi hijo está feliz, bien regulado, y eso para mí es el mayor de los regalos. Me encuentro aprendiendo mucho para dar el salto y empezar a buscar trabajo. El acompañamiento psicológico, las tutorías individuales y las formaciones pre-laborales del programa han representado un gran impulso en la recuperación de mi autoestima e ilusión por desarrollarme en otro rol distinto al de madre-cuidadora 24 horas: ¡el de mujer-trabajadora/madre-cuidadora!

Nunca había sentido que podría, pero he llegado lejos, y siento que el camino no ha terminado…

N.T.